sábado, 27 de junio de 2015

El guardian del zafiro (segunda parte IX)

No sé cuantas horas pasaron, abrí los ojos, ya empezaba a amanecer, los primeros rayos del sol estaban tocando las copas de los árboles, el temor había desaparecido, pensé en volver a buscar más sobre Miranda, pero me sentí ya alejado, además mantenía la esperanza de que estuviera en casa, me levanté, tomé la mochila que permanecía inmóvil, recogí los trastos de la comida y los guardé. Caminé casi hasta el medio día hasta mirar a lo lejos una carretera, me alegré y esforcé más por llegar a ella. Al llegar se veía de la misma forma en ambos sentidos como si tuviera un modo espejo, no podré olvidar cuando di el primer paso sobre ella, estaba a unos cuantos centímetros de tocarla cuando a escuché un grito escalofriante atrás de mí, me alarmé y casi caigo de la impresión, volteé y a lo lejos detrás de un árbol se dejó asomar la misma sombra que vi en la ventana, me miró como retándome, di otro paso y sacó un grito más ensordecedor que le dejaba abierta la parte de la boca casi medio metro, pensé que iría por mí, pero no fue así, alarmado aún salí corriendo hacia uno de los lados de la carretera hasta sentir no poder más con mis pies, me incline a descansar sobre el pavimento pero estaba muy caliente, así que me moví a un lado junto a unos arbustos altos que daban un poco de sombra, me quité la sudadera y me senté sobre ella, saque la botella que aún tenía agua y bebí toda la que quedaba, la carretera estaba solitaria, me ganaba el sueño y se me habían acabado las provisiones, aquello no pintaba muy bien, mis párpados se tornaron pesados nuevamente y me quedé dormido. Sentí un piquete en la cara, me di un manotazo inconscientemente y desperté, su pongo que serían como las 4 pm; a lo lejos vi un auto convertible acercarse, me levanté, no tenía ni la mejor presentación ni el mejor olor pero debía hacer el intento por que me llevará. Me puse sobre la carretera y comencé a hacer movimientos con los brazos para que se detuviera y finalmente lo hizo, era conducido por una chica morena, de cabello trenzado, se veía algo ruda, llevaba una acompañante de mediana complexión, la chica ruda se levantó de su asiento y me preguntó quien era y que me había pasado, le dije que me habían robado el auto y dejado enmedio de la nada y que necesitaba acercarme a Portsmouth, ella me miró de arriba a abajo, sacó un arma, me apuntó y me dijo, sube pero al primer intento de cualquier cosa sabes lo que pasará, le di las gracias, tome la mochila y subí mientras ella le daba el arma a su compañera; le pedí disculpas por mi apariencia y me preguntó como habia pasado todo, obviamente si les decía la verdad no me creerían.

Totalmente Chica Verde ^.^

Gracias por un día mas acompañandome, saludos especiales a Chile, Estados Unidos y Rumania, es un placer seguir aquí con ustedes, un abrazo ^.^

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