en otra ocasión nos aventuramos a ir a un lugar tampoco conocíamos muy bien, el objetivo era desayunar unos ricos antojos de comal que preparaban en esa zona, también tuvimos que transbordar para llegar y caminar, al final llegamos al destino y comimos muy rico, para volver decidimos solo dar rienda suelta a nuestros pies, había una distancia kilométrica llena de naturaleza a ambos lados, era un día digno de recorrerse lentamente; en la marcha observamos de todo, incluso nos cruzamos por donde había un reten, pasamos al lado de construcciones de distintas clases, dentro del camino recuerdo un río que se nos atravesó constantemente, los árboles a sus orillas eran hermosos, grandes sauces que echaron raíces caprichosamente en todo su esplendor, Fue una muy buena aventura también, llegamos cansadísimos a la ciudad, pero contentos de haber logrado nuestro objetivo. Pasamos grandes aventuras, construimos bellas historias a lo largo de la nuestra, anécdotas que no dejare de contarles a mis hijos.
Hay detalles que no puedo mencionar no porque no quiera, sino porque en este momento no recuerdo, lo que si puedo asegurar y describir es un lugar que fue clave en nuestra historia y en donde pasábamos horas desde que nos conocimos, fue una plaza en el centro de la ciudad, el lugar contaba con un parque a merced de todos los que quisieran visitarlo, Juegos infantiles, una explanada, un pequeño escenario o mas bien podríamos decir que dos, mesas de ping pong, una gran vista, ahí pasamos de todo, no se hicieron faltar ni lagrimas, ni risas, ni bailes, fue y ha sido un lugar que nunca deje de frecuentar por su importancia en mi vida.
Caminábamos sobre la rivera del río para llegar ahí y hacíamos algunas paradas para ver las escenas que nos regalaba el camino, donde podíamos apreciar una pequeña reserva animal que se ambientó para deleite de los turistas.
Totalmente Chica Verde ^.^
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