viernes, 12 de junio de 2015

Él en mi vida (XIX)

Como siempre lo hizo notorio, quien le hacía compañía tenía tanta influencia hacia él, que a menudo al volver lo único que yo podía pensar de su comportamiento era que se perdía en sus actos muchas veces desvergonzados que calificaba de realidades intachables, no reaccionaba al valor de un sentimiento, caminaba perdido pensando en su ego, guiado por palabras e ideales ajenos que quisiera vivir, no se daba la oportunidad de conocer milagros inesperados, por lo cual no valía la pena confirmar nada, viajaba a distancias significativamente innecesarias para alcanzar el placer que le dejaba una bebida, una compañía destructora y volar en un pedazo de hoja marchita.

Muchas veces me pregunté si él seguía sintiendo... No ya no sentía, esperaba algo que de todas formas llegaría si era para él, pero plantado en sus ideas.

Arrancaba mis pasiones de raíz a punta y desbarataba sueños, esperanzas, borraba pasos bien marcados y quemaba lo mejor de su vida en una hoguera de hostilidad disfrazada de comprensión.

Sentí largo tiempo que jugaba conmigo porque me sentía segura de él, y hasta cierto punto fue así, pero, un momento, los dos jugábamos ¿por qué digo esto? Porqué no había reglas, eso me hacía ser un jugador más.

Totalmente Chica Verde ^.^

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Se aceptan solo comentarios constructivos. Los que sean ofensivos podrían ser eliminados.