lunes, 29 de junio de 2015

El guardián del zafiro (Final de la segunda parte XI)

La buena noticia es que estaba un poco mas cerca de casa, la mala es que estaba exhausto y tenía que seguir caminando, miré la mochila, había dejado de emanar el brillo, y salí de mi escondite para seguir mi camino.

Esta vez caminé despacio, las estrellas eran mis compañeras, recordé la ultima noche que Miranda y yo habíamos visto juntos las estrellas, me puse muy sentimental y llore un par de kilómetros pensando en que haría si ella no estuviera en su hogar, cuando llegué a la ciudad ansioso de llegar a casa ya sentía los músculos de mis piernas un tanto entumidos, fui a casa de Miranda antes de llegar a la mía, era ya de madrugada, todo estaba oscuro y cerrado, intenté entrar pero no pude, volví a la mía, tampoco había nadie, entre, subí a mi cuarto, trate de telefonear a mis padres pero ninguno respondió, puse seguro a la puerta, dejé la mochila sobre mi pequeño buro, me metí a la ducha, pensando que si escuchaba algo saldría lo mas rápido posible, mientras me bañaba casi a vapor, pensaba en todo, sobre todo, que haría ahora con el zafiro; salí aún saturado de ideas y preguntas, tome la mochila, saque el zafiro envuelto en el pañuelo, lo metí en un pequeño cofre que me regalo mi abuelo antes de morir y lo puse en la parte mas alta de una serie de repisas que tenía para mis libros.

Después me recosté por fin estaba de vuelta en casa, no supe en que momento me quede profundamente dormido, hasta que a la mañana siguiente, mi madre tocó la puerta, preguntándome si no se me hacia tarde para el viaje con Miranda, sorprendido fui a su encuentro, la abrace muy fuerte y la besé en la frente, corrí al buro, jale la mochila, saque los dibujos y ambos se desvanecieron frente a mis ojos.

Mi madre sonreía desde la puerta, me pregunto si me había vuelto loco y me dijo que bajara a desayunar, que mis tíos habían llamado para preguntar si iríamos Miranda y yo, mi cara cambio, sabia ahora que Miranda estaba con vida, mi madre se dio la vuelta diciéndome muchachito loco mientras bajaba las escaleras y yo corrí a buscar el cofrecito, con suerte había desaparecido también el zafiro... 

Abrí el cofre, mi corazón se aceleró a tal modo que se escuchaba su latir en todo mi cuarto y... el zafiro seguía envuelto en el pañuelo.


Tenía que impedir ese viaje y pensar como proteger a las mujeres que se cruzaran en mi vida... ser de ahora en adelante  

"EL GUARDIÁN DEL ZAFIRO".




Totalmente Chica Verde ^.^


Un momento culminante en esta historia ^.^ muchas gracias por acompañarme, estoy realmente contenta con la respuesta de todos ustedes, mil gracias, un abrazo. ¡Feliz inicio de semana! Un beso.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Se aceptan solo comentarios constructivos. Los que sean ofensivos podrían ser eliminados.