martes, 22 de marzo de 2016

Lluviosa tarde.

Desperté mientras en el cristal de mi ventana se estremecían muriendo las gotas de una lluvia repentina, el sollozo del viento del norte había horas antes sacudido todo a su paso, el piso que se inundó de las hojas de los arboles y las piñas de los pinos, ahora estaba arrastrando todo eso con agua que desembocaba en las coladeras, pronto se tapaban una a una y seguían las hojas una pequeña corriente que se formaba cada vez más grande y que se podia apreciar a lo lejos hasta más allá de la casa de Jacinto.

Me gustaba como lucía el camino lleno de flores de colores y de hojas secas movidas al vaivén del agua, y la lluvia que se intensificaba un poco y después volvía a una brisa suave parecía seguir el ritmo de la música de piano que escuchaba Carmina.



Sebastián tomó su cámara y sacó varias fotografías de la escena que más tarde luciría en su próxima exposición; el sol aquella tarde pareció sentir celos porque de la nada salió a cuadro para posar en las fotografías, mostrando que la naturaleza es sabiamente hermosa y perfecta.

Totalmente Chica Verde ^.^

¡Linda tarde hermanos lectores! Gracias por su compañia una vez más ^.^ les envío saludos aquí disfrutando de una tardecita dormilona y fría. Abrazos mundo entero.

lunes, 14 de marzo de 2016

No sé sonreir.



Las personas a veces dan muchas sorpresas, yo misma he dado muchas sorpresas.

La vida me ha llevado de un extremo a otro, pánico escénico, valor digno de una batalla en la que la principal estrategia fui yo misma como una de las piezas más difíciles de ubicar en un rompecabezas.

Libertad de expresión o tener que coser mis labios con una aguja e hilos mentales que no dejen escapar nada aún a pesar del dolor de las heridas de las puntadas de la aguja.

Caminar, detenerme, correr, querer desaparecer o aparecer en más de un preciso momento.

Atar mis agujetas o soltarme el cabello, vestirme o quitarme el sostén con más de un vano pretexto.

Mover un sueño, hacerlo crecer en otro ambiente, subir, bajar, volar y desplomarme en un santiamén y luego volver a soñar.

Me miraba al espejo cada día y cada noche, ubicaba bien mi rostro, no siempre todo estaba en su mismo lugar, el ceño se fruncía a veces, otras la boca hacía muecas muy chuecas, la mirada también cambiaba, algunas veces hubo lágrimas, otras un ligero movimiento de desaire en él, apretando los labios y moviendo un poco el mentón.

Conozco mucha gente, las conozco de pocos y de bastantes años; la mayoría ha cambiado, algunos eran nobles y se volvieron fríos, déspotas o calculadores, otros tantos eran flojos, no hacían nada ni por ellos mismos, ahora son tan activos que ni se les ve el polvo, los soñadores se volvieron realistas, los puntuales impuntuales, algunos se hicieron de una extraña reputación; podría mencionar a cada uno, hay mil casos, pero me he quedado corta, y no sólo eso, pues también ha habido casos que han sido contrarios, pero he aquí solo una mediana idea.

... las personas cambian, florecen, envejecen... Algunas esperan cosas que jamás llegarán aunque se esfuercen mucho, otras no dudarán en tomar las oportunidades que les van saliendo, aunque estas los lleven a laderas oscuras, a perder todo lo realmente valioso, he visto muchas cosas a mi alrededor. 

 A lo largo de mi camino, me han enseñado a bailar, a besar, a jugar, a trabajar, también a rezar, a parrandear, a disfrutar de un sonido, de una caricia, del viento rozandome o de la lluvia mojandome, a mirar detenidamente, a oler una fresca flor, a escuchar cada silencio... pero hay algo que no y eso no lo he hecho desde niña, nunca lo he logrado... Yo, no sé sonreír.

Totalmente Chica Verde ^.^

¡Linda, buena y feliz noche! Gracias por estar aquí, nos leemos en la próxima, saludos mundo entero.

domingo, 6 de marzo de 2016

Moría.

Tuve mucho miedo al enterarme, no sabía como te lo iba a poder decir, las palabras no llegaban, el aire se me cortaba al pensar, una emoción desconocida se apodero de mí, no sabía porque tenía que ser justo en este momento, me parecía que hasta cierto punto no era verdad, que la vida me engañaba, pero, ahí estaba, daba muestras de que era cierto, y yo, yo no sabía como te lo diría, imaginaba mil formas en las que pudieras reaccionar, con enojo, silenciosamente, a gritos o simplemente de ninguna de las anteriores.

Estaba indecisa, se desataba una lucha entre decírtelo o no, lo cierto es que moría lentamente, moría, a cada segundo mi alma se marchitaba, se iba esfumando mi vida aunque tú te dieras cuenta; y no sabía si soportarías saberlo, si entristecerías y te quebrarías a mi lado, frente a mi o te ocultarías para desahogarte.

Pensaba noche y día a partir de ese momento, pensaba mucho y siempre llegaba a lo mismo... Debía dejarte libre, disfrutar tu vida, hacer historia con alguien más, alguien que pudiera verte envejecer, pero, ¿si tú no querías irte? Miles de vueltas daban mis pensamientos en mi cabeza, me acobardaba el decírtelo, ¿y si simplemente desaparecía? Probablemente sería peor; por semanas he buscado valor y hoy, esta noche, sabrás porque estoy distante, porque me alejo de tus caricias y de tus besos, todo se aclarará y las lagrimas que se deslizan en silencio por mis mejillas mientras duermes habrán valido la pena.

Totalmente Chica verde ^.^ 

¡Hermosa y bendecida noche! Gracias por estar aquí hermanos lectores, he tenido un mes difícil pero aquí estoy resurgiendo de vez en cuando siempre acordándome de ustedes, un abrazo enorme mundo entero ^.^