domingo, 3 de mayo de 2015

El guardian del zafiro (V)

Eso me inquietó mucho. — ¿Que pasa Danirha? ¿Por qué lloras? — Le pregunté un par de veces, respiró profundamente y contestó — ¿ves aquella fotografía? — No alcanzaba a verla muy bien pero ella me explicó que él era su padre, y dijo: — lo busco hace diez años, veníamos de la ciudad, nos estábamos mudando a esta casa que era de mi abuela, de repente el motor empezó a fallar y mi padre se detuvo para revisarlo, no volvió a echar a andar pero tampoco encontró algún problema, pasó entonces un hombre en una camioneta blanca y se detuvo, le preguntó si podía ayudarle y le ofreció llevarlo a un pueblo cercano al cual el iba para buscar ayuda, mi padre le agradeció el gesto y le dijo que sí, me dijo que me quedara, que él volvería pronto, pero no volvió, y nunca tuve noticias sobre él, después pasó una mujer me vio sola y asustada y me trajo hasta aquí, ella me regalo esta piedra, he estado aquí todo ese tiempo, yo siento a mi padre a pesar de los años, se que aún sigue estando cerca.

Me quede mudo unos segundos, ahora estaba mas confundido, no supe que decirle, de pronto recorde que me había sido extraño ver su rostro envejecido y le pregunte sobre el tiempo que yo había pasado ahí, esperaba escuchar unos 10 o 15 años por como la recordaba, pero ella me sorprendió diciendo, "Han pasado 7 días..."

Por un momento pensé que estaba equivocado, que tal vez los golpes que hube recibido habían hecho que la viera distinta antes de perder la consciencia en la carretera.
Dejando escapar otro par de lágrimas, me dijo que debía descansar y salió rápidamente de la habitación dejándome solo; no podía dejar de pensar tanto en lo que me había dicho y en lo que yo habia vivido, entonces con esfuerzo me puse en pie, me costó bastante pero poco a poco me deslicé hasta la puerta para abrirla y al intentar girar la perilla, me di cuenta de que me habia encerrado bajo llave, camine hacia el par de ventanas que tenía aquel cuarto e intente abrirlas también, pero estaban aseguradas por fuera, ¡esa extraña mujer me tenía encerrado!

Estaba en una planta alta por lo que pude observar por las ventanas, quería salir a averiguar que ocurría, estaba desesperado, desde el lugar en donde estaba pude ver un pequeño lago situado a un lado del camino que conducía a la casa, busque algo con que poder romper alguno de los cristales para poder salir, solo cosas inservibles para aquel fin, busque por todos lados hasta encontrar algo que pudiera ayudarme, ella había dejado un jarrón encima de una cajonera muy pesada que estaba junto a la cama, el líquido que contenía era justamente lo que me daba, con ese sabor tan rancio, lo derrame en el piso, lo envolví en una sábana y cuando me acerque para lograr mi objetivo de romperla y salir huyendo a recuperar la libertad que habia perdido aunque fuese con el cuerpo aun adolorido, vi a la mujer dirigiéndose al lago, si lo rompía ella escucharía y quizá volvería a tomarme cautivo, por lo que desistí de hacerlo, la observe fijamente y ella pareció sentir mi mirada, pues volvió la cara a la ventana en donde me encontraba, nervioso, me oculte tras la gruesa cortina que la resguardaba, al parecer no me vio, pero me lleve una gran impresión pues con los rayos del sol la mujer lucia joven otra vez. Se detuvo un momento mirando fijamente la ventana, sentía que podía verme a pesar de la gruesa y oscura cortina; su mirada abismal podia sentirla invadirme, sentí una sensación escalofriante y di un paso atrás, solté el jarrón que se hizo trizas e iba a dar otro paso más cuando se dejo escuchar un golpe fuertísimo en una de las paredes acompañado de un grito desgarrador que me hizo sentir algo que superaba el miedo que ya sentía, fue ahí cuando me di cuenta de que probablemente estaba más seguro encerrado.

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