viernes, 22 de mayo de 2015

Desde la orilla (V)

Ximena y Federico se encontraron nuevamente, vagaron un poco mientras charlaban, entonces ella le dijo de la invitación de su madre, Federico gustoso dijo que le gustaría mucho acompañarlos y quedaron de ir esa misma tarde.

Mientras caminaban se les atravesó un pequeño gatito abandonado, Ximena lo tomó entre sus manos y acariciandolo le decía: — todo está bien pequeño, ahora estamos contigo.

Federico la miró como deteniendo el tiempo y sonrió. Después ella pusó al gatito en un pequeño bolso que traía y se sentaron un momento.

Ximena dijo: — Este pequeño será una gran sorpresa para Marcela, ella siempre a querido uno y este es muy especial, sus ojitos azules resaltan mucho con su pelaje negro, ella lo cuidará muy bien.



Federico estaba muy contento de comprobar los buenos sentimientos de su amiga y le dijo: — Esto me recuerda a tu carta número 47, aquella en la que estando en tu jardín encontraste una ardillita que había caído del árbol bajo el que normalmente te sentabas, la tomaste con cuidado con miedo a que te mordiera, pero ella sentía que la querías ayudar, volteaste buscando su nido hasta encontrarlo pero tuviste que dejarla un momento mientras ibas por una escalera, cuando volviste, acomodaste la escalera, tomaste a la ardillita y trepaste como pudiste hasta ponerla a salvo, toda una heroína; recuerdo muy bien que decias en la carta, "si estuvieras aquí todo hubiera sido más fácil, no hubiera costado tanto subir la escalera con temor a caer mientras nos tambaleabamos, sino que me hubieras ayudado, ya deseo encontrarte..."

Ximena un poco sonrojada sonrió y contestó: — Pero ya te encontré, o tú a mi.

Después de un rato, se pusieron de pie y siguieron su camino, ella llevó abrazado todo el tiempo al gatito hablándole a momentos.

Federico guardaba silencio respetando aquello, entonces Ximena le preguntó que si estaba reservando sus palabras para la hora de la comida, a lo cual él respondió que si.

Al llegar a su casa Ximena abrió la puerta, llamó a Marcela quien acudió presurosa, le entregaron ambos el bolso y le dijeron que dentro habia una sorpresa y que lo abriera con cuidado; Marcela lo hizo y cuando pudo verlo sus ojos se llenaron de alegría, salió corriendo a la cocina gritando emocionada: — Un gatito mamá, un gatito, me lo trajeron mi hermana y su amigo, mira mamá es hermoso, voy a construirle una casita.

La mamá se alegró mucho de ver tan contenta a su niña y le dijo: — Si ve, pero ya casi vamos a co... — aún no terminaba cuando Marcela salió corriendo.

Ximena llamó a su madre, le presentó a Federico y ella le dio la bienvenida a su casa, le contó lo feliz que estaba de por fin conocerlo y lo invitó a pasar, dijo que solo esperarían a su esposo para pasar al comedor, que podían encender el ventilador de la sala mientras ella les llevaba algo de tomar.

Federico agradeció el gesto y ambos esperaron a que llegara el padre de Ximena mientras ella le daba una explicación de quienes eran las personas de las fotografías en las paredes, se escuchó un auto estacionarse y entonces ella dijo: Y ese es mi padre.

Totalmente Chica Verde ^.^

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