viernes, 15 de mayo de 2015

Desde la orilla (II)

A la mañana siguiente Ximena despertó ansiosa por saber de su nuevo conocido, pasó toda la mañana como viajando en sus propios pensamientos y cada vez que le hablaban, tenían que repetir su nombre un par de veces.

— Ximena, Ximena, ¿estás escuchando?
  
Y la respuesta era, —"si, mamá"..., "si Don David"..., "si, Marcela"...

Pero en su mente no estaba más que pensar y pensar en lo que ahora diría, después de todo ya no había que escribir.

Al llegar la noche miraba desde su ventana como vigilante contando uno a uno a los pescadores que volvían del muelle; al saber que no habia ninguno ya, bajó a cenar normalmente y después buscó un motivo para desaparecer, cuando por fin pudo, entre las sombras camino como de costumbre al muelle acompañada solo de su lamparilla, cuando estuvo a punto de llegar escucho ruido, apago la lámpara y preguntó susurrando:

 —¿eres tú? ¿Estas ahí?. No escuchó nada más y siguió caminando esta vez sobre la estructura de madera, cuando estuvo a la mitad le respondieron igual con tono bajo:

 —pssst Ximena, por aquí.

Ximena reconoció la voz, volvió y Federico la tomó de la mano y en silencio la llevó a donde se habían despedido la noche anterior.

Aún con muchas dudas en su cabeza Ximena le preguntó que porque ahí y Federico dijo:

 —Es mejor desde la orilla.— Explicó 
 según una teoría que él tenía que era el mejor lugar de la playa, que no se arrepentiría porque desde ahí podían verse las cosas distintas; con un poco de temor Ximena accedió, se sentó y le preguntó que era lo que podía verse distinto desde ese punto, a lo cual Federico le contestó minutos despues con voz tranquila:

 —Desde el muelle no puedes apreciar como chocan las olas con la arena, no puedes ver que el agua trae muchas cosas y muchas se lleva, es algo como la misma naturaleza humana. 

Cada persona que pasa por nuestra vida sin duda va dejando huella en nuestro corazón, en nuestros pensamientos, en nuestra alma, en pocas palabras en nuestras historia, pero también al irse, esa huella con el tiempo va desapareciendo como cuando en la playa dejamos nuestras huellas en la arena y el mar con su constante ir y venir a la orilla las va quitando.

Las estrellas también se ven distintas desde aquí, cada una conoce mil historias, siempre me he preguntado ¿cuantos secretos guardarán las estrellas? Además aquí podemos ver a las personas que curiosas van al muelle, desde aquí te vi cada noche, y hay algo más, aquí hay un pequeño secreto, que más adelante te contaré.

Ximena se quedó pensando en todo lo que Federico le acababa de decir y decidió que quería seguir escuchándolo.

—Bien, quiero conocer el secreto. — contesto Ximena.

Federico suspiró y le dijo que ya habría tiempo de verlo por sus propios ojos pero que no era tiempo aún.


Totalmente Chica Verde ^.^




Muy linda tarde, saludos. Gracias por leerme.

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