sábado, 2 de mayo de 2015

El guardian del zafiro (II)

La temperatura bajaba rápidamente haciendo que mis huesos se calaran de frío, en parte era bueno porque a momentos no podía ni siquiera sentir mi cuerpo; mi cuerpo cansado que no me ayudaba en nada.

Las horas pasaban inmovilizandome, no podía soportar ni entender nada de lo que estaba pasando, tampoco me quedaban fuerzas para seguir avanzando, me quede a un lado de la autopista, recargandome de una enorme roca que estaba encañonada como esperando a que alguien pasara, igual que yo esperaba a alguien para poder ayudarnos porque no sabia nada de ella ni del chofer, no podían haber desaparecido así nada más.

Estaba oscureciendo y a la par mis ojos se cerraban lentamente solo con la escena del cielo estrellado, el olor de la hierba, el sonido de los grillos, ranas y mi propia voz que ya no sabia si era interior o exterior a ratos gritando por ayuda, otros llamándola y otros tantos orando porque todo fuese una pesadilla y que acabara pronto, podía sentir como escurría algo de mi frente lo más probable sangre y la cabeza me dolía muchísimo, debí haber recibido un golpe tremendo en esa área.

Me quede dormido o ya no se si soñaba o alucinaba.
—¿Qué era todo esto? — Ella frente a mi, acariciandome el rostro y acercabase a mi para besarme, de pronto ella otra vez en la parte trasera de la camioneta. —Acércate, ven acá, es divertido.

El golpe, el ruido atroz y yo despertando, asustado y con gran dolor, solo sentía eso, el dolor y mis lagrimas que no paraban, un gran vacío en mi interior, dolor por cualquier lado que lo viera.

Debían ser como las 11 de la mañana, el sol comenzaba a calentar en exceso, volví a mirar a mi alrededor, pero, ¿qué rayos estaba pasando? Ya ni siquiera había restos de la camioneta, solo yo y la carretera, yo y mi soledad y desesperanza, a excepción de un par de moscas que se alegraban de estar jugueteando sobre mis heridas, debía estar volviéndome loco, no hallaba otra explicación. 
— Ayuda. Ayuden por favor — gritaba con voz desahuciada, con todas mis fuerzas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Se aceptan solo comentarios constructivos. Los que sean ofensivos podrían ser eliminados.