miércoles, 15 de julio de 2015

El guardián del zafiro (tercera `parte IX FINAL)

Cuando desperté estaba en un agujero oscuro y frío, con el cuerpo adolorido y sin poder moverme casi nada, sentía que la cabeza me daba vueltas y había un olor muy desagradable por todos lados.


Me preguntaba cómo en unos minutos había cambiado mi vida, como había podido llegar ahí, parecía una pesadilla, ¿y mi Danirha?, ¿dónde y con quién estaba?



No sé cuantas horas o días pasaban, el cuerpo se me fue endureciendo cada vez más y más tornándose muy doloroso cada pequeño movimiento, y sentía estallar la cabeza de tanto llorar pensando en mi pequeña, ¿por qué aquel hombre me había hecho eso? el dolor me hacia quejarme mucho, no dormía nada.



Unos gritos me hicieron alarmarme, eran el llanto de mi hija, y los gritos de una mujer y un hombre, traté de ponerme en pie pero no podía; frente a mi movían una especie de puerta y ahí estaban, el hombre que me llevó, la mujer del pueblo y llevaban a mi hija preguntándoles por qué la habían llevado ahí, que que estaba pasando, la traían atada de las manos cual prisionera, aun traía el collar y en él una hermosa piedra azul, un zafiro que resplandecía un poco en la oscuridad de aquel agujero, les grite que la dejaran y sin embargo la lanzaron conmigo y taparon de nuevo la entrada, la cuerda con la que llevaban atada a Danirha quedó bajo la puerta aquella, con las pocas fuerzas que me quedaban traté de abrazar a mi hija y consolarla, unos cuantos minutos después escuchamos otra voz, era una voz conocida, de una mujer; después los tres empezaron a recitar algo en un dialecto, el zafiro comenzó a resplandecer iluminando todo aquel agujero, Danirha a gritar, las voces seguían recitando sin detenerse, me aferre a mi hija, el resplandor parecía apoderarse de ella, yo no la soltaría, una fuerza mayúscula nos comprimía dolorosamente, Danirha gritaba cada vez más fuerte y yo gritaba que la dejarán mientras una silueta negra y terrorífica salía del zafiro y se iba haciendo cada vez mas grande, nos miraba con unos ojos enormes negros, reconocí la tercer voz, era Dulia, ¿pero por qué ella?



Esa sombra emitía alaridos ensordecedores mientras abría una boca cada vez mas grande a punto de tragarnos, el resplandor me cegó, no sentí nada más, las voces cesaron, no sentía mi cuerpo, ni el de mi hija... 



Habíamos muerto.




Totalmente Chica Verde ^.^


Saludos Polonia, Alemania, Estados Unidos, Francia, México y todos, excelente día, ¡GRACIAS!

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