martes, 7 de julio de 2015

El guardian del zafiro ( tercera parte IV)

Después del accidente que le costó la vida a Samantha y en donde la camioneta quedó destrozada, no quise volver a comprar otro auto, así que por más reparaciones que tuve que hacerle a mi viejo transporte, lo mantenía conmigo; yo estaba más tranquilo y el mecánico tenía trabajo a menudo; para llegar a casa teníamos que hacer un camino un tanto difícil, partir del pueblo, llegar a una autopista que estaba en construcción y hacer una desviación por una senda que nos hacia por fin llegar a la casa que mi madre me heredó y a la cual a pesar de todo no nos terminabamos de mudar, teníamos aún muchas cosas en la ciudad, pero, todo me recordaba a Samantha y pocas veces íbamos al departamento por algunas de ellas. Una vez que llegamos a casa, Danirha bajo rápidamente con su mochila en la espalda y arrastrando a su muñeca por toda la senda, yo seguí mi ruta hacía atrás de la casa que era donde estacionaba el auto. 

La casa nos quedaba grande, en las expediciones que realizaba no nos daba mucho tiempo para estar ahí, a parte de que era la casa de mi madre cuando niña, pues ya era una construcción vieja y a los ojos de cualquiera parecía un lugar abandonado, de cierta forma lo era, le tenía que hacer algunas reparaciones aún, me estacioné, bajé del auto y fui a alcanzar a mi hija, a veces me alarmaba un poco que la casa estuviera construida cerca del lago, a ella le fascinaba estar en la orilla y era una niña muy lista, pero aún así los accidentes son inevitables y yo no quería perderla a ella como perdí a su madre, fue por ello que le construí su casita en el árbol tras la casa, para que tuviera el mínimo contacto con el lago, aunque era difícil.

Entré, puse las llaves en una pequeña mesita y me dirigí a la cocina para acomodar todo lo que habíamos comprado, la niña no estaba en la planta baja, supuse que estaría en su cuarto cansada, termine de acomodar las cosas y subí a buscarla, a la mitad de las escaleras teníamos una ventana pequeña, fue hasta cuando pasé junto a ella que recordé que había prometido cambiar las cortinas, esas ya estaban muy viejas y quitaban toda la luz, seguí subiendo las escaleras, seguí por el pasillo hasta la habitación de Danirha, toqué la puerta y entré, ahí estaba, jugando con su muñeca, le dije que le prepararía algo de comer y me dijo que sí, pero que cuando la dejaría preparar algo a ella; sonreí tras tal gesto y le dije ahora mismo, vamos, lo haremos juntos, al instante dejó su muñeca y bajamos para preparar algo y comer después del largo viaje.

Totalmente Chica Verde ^.^

¡Buen Martes! Muchísimas gracias a todos ustedes que cada día están al pendiente de lo que tenemos por aquí, les mando un saludo cariñoso, gracias por leerme.

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