viernes, 3 de julio de 2015

El guardián del zafiro (tercera parte III)

Danirha dejó de observar el camino y se acercó a Mariela y Gerardo, les presentó a su muñeca favorita y les platicó sobre su experiencia en el viaje, les dijo en voz baja que llevaba una sorpresa pero que era un secreto, me pregunté cual sería la sorpresa pero poco después ella comenzó a hablarles sobre la hermosa casita en el árbol que le construí antes de nuestro viaje, llegamos a la estación donde teníamos que bajar, nos despedimos de ellos, tomamos nuestras cosas y les deseamos buen viaje.


No había otro transporte para llegar al pueblo más que carretas, abordamos una de ellas y pedí que nos llevaran al lugar donde estaba guardado mi auto, fueron no mas de 15 minutos, pagué el traslado y nos dispusimos a guardar el equipaje en el mismo lugar para ir a comprar provisiones para toda la semana.


Caminamos hasta la tienda de un amigo de la infancia Daniel Desire, entramos y Daniel me saludo contento, me dio la bienvenida y charlamos un poco sobre el viaje mientras tomaba todo lo que me fuera necesario, me distraje un momento y cuando busque a Danirha estaba en una esquina hablando con una mujer de cabello castaño, un poco pasada de peso y de mediana estatura, a la cual nunca habia visto antes pero me recordaba mucho a las mujeres de la tribu, le pregunté a Daniel quien era y me dijo que hace un par de semanas se había mudado al pueblo junto con su primo quien extrañamente no la acompañaba en esa ocasión, llamé a Danirha quién acudió de inmediato, pagué, me despedí de Daniel y él me dijo que esperáramos un minuto, que recién le habían llegado las paletas más grandes y deliciosas, sacó una y se la regalo a Danirha diciéndole para mi clienta favorita, sonrió y me dijo que si no fuera por los niños él no podría disfrutar también de esos caramelos; dimos las gracias, tomé mi mercancía de nuevo y salimos de la tienda.


La mujer se acercó a pagar sin quitarnos la vista de encima y nosotros nos alejamos para por fin ir a casa; llegamos, guardamos las cosas, subimos al auto que había estado todo ese tiempo en el taller por ser el auto que me regalo mi padre en mi juventud, el que usaba para salir con Samantha antes de comprar la camioneta, pagué al mecánico y nos pusimos en camino, el auto había quedado bien, excepto porque el motor aún hacia un fuerte ruido.

Totalmente Chica Verde ^.^

¡Bello viernes! Saludos Reino Unido y Polonia, vamos a disfrutar este fin de semana, gracias por leerme, un abrazo verde desde México.

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