sábado, 22 de agosto de 2015

Toledo al frente.

La calle estaba cada vez más transitada y la revuelta comenzaría en cualquier momento, los habitantes estaban fusriosos contra los del poderío de la zona, aquellos que estaban a la cabeza de cuanto pasaba en el pueblo, los únicos que podían decidir a voz libre sobre cualquiera de los de clase baja, los que daban o quitaban el empleo, quienes encarcelaban a su antojo aunque no hubiera un motivo; aquello era totalmente injusto, mientras ellos comían en charola de plata la comida preparada por las manos trabajadoras, los que la servían morían de hambre junto con sus familias, pues claro estaba, podían ver, pero jamás comer de lo que quedaba en la cocina, mucho menos imaginar en llevar un poco a sus hijos, si morían pues habia quien los sustituyera, si no les gustaba el sazón, fácilmente los arrojaban a la calle; y la paga, aquella vil y miserable paga que no alcanzaba para nada era algo que de cierto modo les dolía tener desprenderse de esos centavos para dárselos a quienes se esforzaban día a día.

No, aquello no podía llamarse vida, por un lado unos engordando en todo sentido, tanto humano como económico y por otro el pueblo en los huesos y con hambre tanto corporal como de justicia; no había otra opción tenían que derrocar a los que estaban arriba y hacerlos pasar por lo mismo que ellos pasaban a diario, tenían que buscar al más valiente para llevarlos a la victoria y así fue, ahí estaban frente a las rejas que los separaban de su desdicha.

Caminaron de frente hombres y mujeres armados con lo que encontraron, con los rostros blanquesinos por la falta de vitaminas y los cuerpos llenos de tierra, sin zapatos y con los cabellos enmarañados, pero con algo muy poderoso para ganar, su voluntad, su amor por los suyos y sus corazones latiendo por una causa en común.

Esperaron impacientes a que llegara la hora en que después de servir el desayuno se les arrojaran las llaves por sobre la barda y pudieran entrar tanto por la puerta principal como por la de servicio, sus ojos llenos de odio por lo que vivieron tantos años estaban atentos a todo detalle, sabían que hacer.

Las llaves volaron unos segundos y después cayeron ante los ojos de todos y Toledo, quien encabezaba aquella concentración corrió a tomarlas, abrió la puerta principal y se las dio a uno de sus compañeros para que con la mitad del grupo se dirigieran a la puerta de servicio; presurosos corrieron por ambos lados y rodearon la gran casa, treparon por las enredaderas y entraron también por la planta alta, Toledo empujó la puerta y otros entraron por las ventanas, aquellos que desayunaban tranquilamente suculentos banquetes no se imaginaban nada y en unos segundos todos reunidos entraron de tajo al comedor y comenzó la venganza, pobres de esos que gritaban que se los quitaran de encima, pues ya nadie les hacia caso, nadie les quería y golpeaban con todo recordando a sus familiares caídos en todos esos años, era una pena que todo hubiera terminado así, entre alaridos y empapados de odio, pero la mayor parte del tiempo los de arriba por llamarlos de alguna manera no se interesaban por nadie fuera de sus círculos, eran déspotas y crueles, bailaban festejando cuando algo les salía a pedir de boca, pero esa mañana todo cambiaría, Toledo los llevó a la victoria, Toledo gritaba de alegría y repartía a todos cuanto encontraba en aquella gran casa, había de más ahí y todo era producto del mismo pueblo.

Llegado el medio día Toledo organizó una marcha, llevaban atados a los traidores y los llevaban a encerrar en el hogar más humilde, donde pasarían las mismas carencias por el resto de sus días y atados de manos como ellos fueron atados de alguna manera por tantos y tantos años.

Totalmente Chica Verde ^.^

Bello sábado hermanos, gracias Rumania,  abrazos a cada rincón del mundo en donde se encuentren, gracias por estar aquí, saludos desde México.

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