domingo, 30 de agosto de 2015

Él sabía.

Aquella tarde de verano él sabía que se iba a quedar así, ansiando tenerla en su piel, deseando hacerla suya profundamente hasta volverse de nuevo al mundo real, él sabía que ella no llegaría, que solamente estaba divagando y que lo más probable es que ella, esa tarde ni siquiera le recordaría, sabía sin lugar a dudas que se estaba volviendo loco y que su parte racional ya no estaba funcionando fríamente sino atada a un pasional deseo ardiente.

Los minutos marcharon uno a uno y él no dejaba de mirar el camino frente a su casa; pudo haber ido por ella, pudo haberla convencido, pudo llevarla e invitarle un poco de vino, contarle cosas alegres, bellas e inspiradoras, hacerla sonreír y al calor de las copas ir desprendiéndose de todo hasta acabar juntos, pero, él no quería que pasara así, no completamente, ella debía llegar por su propio pie demostrando interés, se hacia tarde, él miraba el reloj de pulso y frotaba su cabello con la mano contraria, estaba desesperándose, pero guardaba una esperanza, levantó la bocina y le llamó, ella respondió con sorpresa que le alegraba escuchar su voz, hace años no le hablaba, él realmente se volvía loco pues recordaba haberle llamado por la mañana, le dijo te estoy esperando en casa y ella respondió emocionada "voy para allá"; él se sigue preguntando ¿qué pasó?

Totalmente Chica Verde ^.^

¡Bell a tarde hermanos! Gracias por estar hoy aquí, realmente se empieza a notar que mi tiempo es incierto y eso me entristece un poco, pero haré todo lo posible por dejarles algo a menudo, gracias por no abandonarme, un saludo y un abrazo enorme en donde quiera que estén ^.^ y por supuesto, bienvenidos nuevos lectores.

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