sábado, 19 de septiembre de 2015

El guardián del zafiro - El sueño de Miranda (I)

Esa noche me fui a acostar cansada, solía quedarme un rato escuchando música o telefoneando a mis amigos pero esa noche tenía que descansar bien; me desarreglé y me metí a la ducha, el agua estaba a la temperatura perfecta no se en que momento empecé a tararear una canción mientras disfrutaba del baño, cuando salí caí en cuenta de que había transcurrido mas de una hora, hice lo propio y me metí entre las colchas para iniciar mi descanso; aunque estaba muy cómoda no conciliaba el sueño, por lo que tuve que recurrir al método 4-7-8 para dormir, funcionó perfecto envolviéndome en un acogedor descanso.  

Casi nunca soñaba, sin embargo esa noche comencé a soñar algo, estaba pérdida caminando en una especie de colina llena de arbustos y algunos árboles, después de avanzar un poco sosteniéndome para subir un poco más me encontraba con que a la colina la atravesaba una senda que tenía árboles rebosantes de sombra de uno y otro lado, invitaba a dar un paseo sobre él y saber a donde conducía, seguí mi viaje entonces, podía oler el fresco de las hierbas y escuchar los pajarillos cantar, de repente a lo lejos escuché que alguien pisaba una rama seca, aparte mi vista de las frondosas ramas de los árboles y miré detenidamente, al final del camino o al menos a donde mi vista alcanzaba a distinguir, había una pequeña niña rubia, a mi parecer tenía como 6 años o 7, no más, ella pareció mirarme y saludarme, después se escondió entre los troncos de los árboles, miré entonces de nuevo por todos lados después de todo ¿qué haría una niña sola en un lugar así? no caía en cuenta de que era un sueño en ese momento, todo era muy real, el sol atravesaba de forma artística las ramas de dichos árboles y la sombra del camino era alumbrado como aparentando lamparillas, lamparillas solares las llamé en ese momento, me daba mucha curiosidad saber de donde provenía esa pequeña y decidí buscarla, camine saludando esperando a que me escuchara, a lo largo del camino entre los ruidos propios de aquel maravilloso lugar podía escucharseme al menos eso pensaba yo.

Pero, ¿Por qué la niña me esperaría? pues era una desconocida y las personas enseñamos a nuestros hijos a no hablar con extraños, bueno sin importarme tanto mas que la idea de que éramos las únicas dos en el camino, seguí busca sola y llamándola esperando a que saliera. Al llegar a donde vi a la niña pise la misma rama, voltee a buscarla al lado donde la vi esconderse y escuche unas risitas, la saludé mientras caminaba hacía el árbol de donde provenía su risa, cuando llegué y di un pasote para verla pronunciando un gran ¡Hola! Asome mi cara y no estaba, en su lugar frente a mi cayó otra rama, miré hacia arriba pensando que había podido trepar pero no vi nada, afine más mi mirada, un silencio profundo se hizo notar y cuando estaba más concentrada en verla sentí un escalofrío recorrerme, trague saliva y de la nada una manita fría estaba agarrándome la cintura, di un gran brinco acompañado de un grito y cuando me di la vuelta era la niña mirandome y muriendo de risa.

Totalmente Chica Verde ^.^

¡Hey hola! Bello fin de semana, saludos a todos, esta vez no les prometo ser constante con esta parte pero si que le vamos ir dando espacio ^.^ gracias por su compañía, abrazos y bendiciones.

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