Pese a lo inevitable, francamente me sentía sola y esa soledad enemistaba con mi instintivo y ya inconsciente hecho de tener tu imagen filtrándose en cada uno de mis pensamientos, el viento atraía tu perfume que se desprendía de la ropa que dejaste en casa, ese aroma tuyo, el mismo que tantas veces me acerque a apreciar mientras esperaba un tierno y protector abrazo al ritmo bombeante de tus latidos; esa soledad estaba colonizándome abiertamente y me desbarataba a ratos, cuando mis pedazos se volvían a unir al unísono de la música que venía del conservatorio, me ponía a pensar en aquellos momentos que esa misma música nos meció apasionados en un beso, en una caricia y en el amor mismo que exhalaban tu boca y la mía.
Salía a caminar cuando dicha soledad se apoderaba de mí, acudía al mismo lugar a donde las ramas de los árboles se sacudieron clandestinamente tantas veces cubriendonos de sus sombras mientras recostados en el césped nos mirabamos sin decir nada; tomaba la misma bebida destilada que probamos un día hasta enloquecer, pero, ya no era el mismo sabor, ya no era el mismo gozo... La soledad errante se volvía mi fiel amante y amargaba con cada paso que me envolvía a mi austera realidad.
Totalmente Chica Verde ^.^
Saludos mundo entero, gracias por su compañía.
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