jueves, 24 de noviembre de 2016

Era así.

Por la mañana el grito de los gallos dando la bienvenida a la salida del sol, por la tarde el canto de los grillos acompañando a la luna, cada día igual, cada noche lo mismo, no había remedio a eso, pero sí podíamos disfrutar de un hermoso amanecer distinto cada mañana y un bello anochecer contemplado con diferentes brillos de las estrellas cada anochecer, la estampa de la luna también iba cambiando y el resplandor que provocaba tu voz a mis oídos era la chispa para comenzar una aventura, de día o de noche, en el sentido que pudiera tomar la palabra, todo dependía de la situación, de las causas aparentes a simple vista.

El corazón era una máquina palpitante y el razonamiento un artefacto creador de ideas, ambos se coordinaban para un buen funcionamiento, pero había momentos en que no sincronizaban perfecto, el razonamiento intentaba aplastar al corazón y viceversa en una lucha imparable por volverse uno mismo pero con el mayor porcentaje de mando, normalmente el corazón salía lastimado, más nunca se rendía, se ponía en pie y luchaba por estar así, en un desafío de guerra por volverse uno mismo de nuevo con el razonamiento que normalmente echaba todo a perder al saturarse de ideas.

Totalmente Chica Verde ^.^

¡Feliz jueves! Gracias por acompañarme, abrazos cariñosos.

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